sábado, 25 de agosto de 2007


32.- Cumplimiento de la nueva alianza, Mt 26:26-29




La alianza del Antiguo Testamento expresa la relación entre Dios y el pueblo de Israel, a partir de las promesas mutuas selladas con la ley de Moisés y fortificadas con el culto a Dios. Esta alianza fue rota y renovada varias veces, y los profetas anunciaron una nueva alianza con la ley inscrita en el corazón, que superaría la antigua (ver “Una alianza diferente”, Jr, 31:31-34).

La cena de despedida, al entregar el pan y el vino a sus discípulos, Jesús da un significado especial a este gesto. Sus palabras resumen su vida y su misión, e interpretan el sentido de su muerte: la sangre que derramará en la cruz sella la nueva alianza anunciada por los profetas, la cual es fuente de salvación para quien la acepte.

Al compartir el pan y el vino en la Eucaristía, celebramos y renovamos la nueva alianza, en unión con el sacerdote, quien representa a Cristo. La próxima vez que respondas Amén al ir a comulgar renueva tu relación con Dios diciendo: “¡Señor mío y Dios mío!”.




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