domingo, 3 de abril de 2011

47.- La Iglesia Católica es apostólica


47.- La Iglesia Católica es apostólica, Hch 14:23



Lee Hechos 14:21-28. Observa cómo Pablo y Bernabé asignaban a personas mayores como lideres responsables de las comunidades recién formadas. Con el tiempo, esos lideres recibieron el titulo de obispos ( 1 Tim 3:1-7) y fueron reconocidos como sucesores de los apóstoles. A las personas que los ayudaban en su liderazgo, les llamaban presbíteros y corresponden a los sacerdotes de hoy.

Como sucesores de los apóstoles, los obispos de todo el mundo mantienen una unión entre sí y el Papa. El Papa como obispo de Roma, es la cabeza de todos los obispos, en memoria de Pedro y Pablo, pues en Roma descansan los cuerpos de estos dos grandes lideres de la Iglesia. A este hecho se le reconoce como la sucesión apostólica y e ella la estructura jerárquica de la iglesia. Pero la iglesia no es apostólica solo por esto, sino porque todos los bautizados hemos recibido el mandato del apostolado.



46.- Vive el año litúrgico


46.- Vive el año litúrgico, Hch 13:32-33


En Cristo se realizan las promesas mesiánicas y alcanzan su plenitud los hechos de salvación en el Antiguo Testamento. Con él se inaugura el año del Señor, el hoy diario y perenne de la salvación en Cristo a lo largo de la historia ( Hch 13:32-33)

El año litúrgico se basa en la historia de salvación y fue creado por la iglesia para que podamos vivir sacramente el hoy de Cristo. Esto no significa que hay un tiempo sagrado y otro profano, pues todo tiempo es de Dios. Al revivir cada año distintos momentos del misterio de Cristo, la liturgia nos ayuda a progresar en nuestra vida cristiana:

  • El ciclo de la navidad empieza con el Adviento, culmina con la Navidad y termina con la Epifanía. En el revivimos la espera del Mesías, celebramos la encarnación del Hijo de Dios en la historia y nos preparamos para la vuelta del Señor al final de los tiempos.
  • El ciclo pascual abarca la Cuaresma, en la que revivimos la marcha de Israel por el desierto y la subida de Jesús a Jerusalén; el Triduo Pascual, en que revivimos nuestra inserción en el misterio pasuela a través de nuestro Bautismo, y la época pascual en que nos preparamos para vivir el gran Domingo de Pentecostés. En este ciclo de 50 días, celebramos la pascua, la ascensión y Pentecostés, que son un misterio mismo.
  • EL tiempo ordinario inicia después de Pentecostés y cubre el resto del año. En el movidos por el Espíritu Santo y alimentados por la Palabra, seguimos construyendo el reino de Cristo, hasta que vuelva, y celebramos a los santos que dieron testimonio de esto.

Para actualizar el misterio de Cristo, la iglesia ha organizado la palabra de Dios de modo que la celebración Eucarística dominical nos ayude a revivirlo año tras año.