lunes, 18 de julio de 2011

48.- La Eucaristía: un memorial, 1 Cor 11:23-26


48.- La Eucaristía: un memorial, 1 Cor 11:23-26



Lee 1Corintios 11:23-26. Este es el primer escrito con las palabras de Jesús en su Última Cena con los discípulos. Los católicos creemos que cuando, siguiendo el deseo de Jesús, el sacerdote pronuncia estas palabras durante la Eucaristía para consagrar el pan y el vino a Dios, estos se transforman en el cuerpo y la sangre de Jesús, mediante una transustanciación, o sea un cambio de sustancia sacramental.

Después de elevar el pan y el vino, el sacerdote dice: “hagan esto en memoria mía”. Esta memoria nos refiere a cruz y a la resurrección de Jesús, donde radica el significado de su vida, pues Jesús muere para que nosotros tengamos vida. Nosotros respondemos con una aclamación de fe en el misterio pascual revivido en comunidad.

La participación en este sacramento nos une a Jesús, ilumina nuestro camino como discípulos suyos, y nos alimenta y fortifica para vivir en servicio y entrega con el. Procura participar siempre en la Eucaristía dominical y, si las circunstancias te lo impiden revive espiritualmente este misterio, con una pequeña oración como la siguiente o una similar:

Señor Jesús, aquí estoy. No pude participar hoy en la Eucaristía, pero me uno a las que están celebrando en este momento en todo el mundo. Soy parte de ti y de la comunidad y necesito que vengas a mi y renueves mi compromiso a seguirte. Quédate siempre y permíteme vivir como tu cuerpo místico en este mundo, hasta alcanzar la eternidad contigo después de la muerte. Amén.

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