jueves, 26 de julio de 2007

1.- Un día Para el Señor


1.- Un día para el Señor ( Gn 2:1-3)

El Génesis presenta la creación en siete etapas, que llama días. El séptimo día, Dios descansó, bendijo el día y lo consagro con su descanso. Los judíos consagraban el sábado a Dios. Los cristianos le consagramos el domingo, “el primer día de la semana” ( Mt 28:1), porque Jesus resucito ese día. Domingo proviene del latin dominica dies, que quiere decir “día del Señor”.

El trabajo y el descanso son vuestra vida y ambos nos unen a Dios. Al trabajar colaboramos con Dios en su creación. Al descansar podemos dedicarle tiempo y acordarnos de que somos libres y no debemos ser esclavos del trabajo.

Los católicos celebramos en familia la Eucaristía dominical. En ella proclamamos la alegría de la creación y que Dios descansó cuando vio que “todo era bueno” (Gn 1:31). La iglesia nos pide que dediquemos el domingo a honrar a Dios en un acto de confianza en él. Cuando por razones de fuerza mayor necesitamos trabajar en domingo, es importante dedicar el día de trabajo a Dios de manera especial y, si es posible, consagrarle un día entre semana.

¿Cómo honras tú el domingo?

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