domingo, 11 de noviembre de 2007


44.- Recibe el sello del Espíritu Santo, Hch 2:1-21

¿Cuándo recibimos al Espíritu Santo, en el Bautismo o en la Confirmación?

Lo recibimos en ambos sacramentos. Somos bautizados con agua y el Espíritu, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


En el Bautismo somos ungidos con aceite como signo de que el Espíritu Santo nos fortalece y nos sella para proclamar la Buena Nueva a todas las naciones como a los discípulos en Pentecostés ( Hch 2:1-4)

En la Confirmación somos sellados con el mismo aceite que se usa en el sacramento del Orden Sacerdotal como signo de que el Espíritu Santo ha completado nuestra iniciación como miembros de la Iglesia. Esto indica que estamos listos para ser auténticos seguidores de Jesús, miembros activos de la iglesia, que viven y proclaman su evangelio.


El uso del aceite se remota a la época en que el pueblo de Israel ungía a sus reyes, profetas y sacerdotes con aceite por que este purifica, da agilidad y fortalece y al ser absorbido por la piel y al penetrar en las células, convirtiéndose en parte de nosotros.


Piensa en lo grandioso que es tener el Espíritu de Dios en ti, el amor que puede generar en ti, el poder que te da para hacer el bien. Medita un poco sobre esto y deja que el Espíritu Santo dirija tu vida.

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